-Que haces aquí- esa voz tan arrogante, me volteo a mirar, era el idiota de Sasuke, con un cigarro entre los dedos.
-Descanso, asique si no te molesta, te puedes ir- miro su imbécil sonrisa de lado
-Sí, si me importa, asique me quedo- me levante, dispuesta para irme del lugar, no quería problemas, pero siento como una mano me jala hacia atrás
-No querida, tú te quedas aquí a escuchar algo que te tengo que decir-
-Descanso, asique si no te molesta, te puedes ir- miro su imbécil sonrisa de lado
-Sí, si me importa, asique me quedo- me levante, dispuesta para irme del lugar, no quería problemas, pero siento como una mano me jala hacia atrás
-No querida, tú te quedas aquí a escuchar algo que te tengo que decir-
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Capitulo 19:
-No tengo nada que escuchar que provenga de ti- trate de soltar su mano de la mía, pero el tenia más fuerza.
-Claro que sí. Primero que nada, porque vives en mi departamento, si tienes familia- mire en otra dirección, esquivando su mirada
-S-si te causa problemas que viva ahí, hoy mismo me voy- me solté de su agarre
-Quiero una respuesta, no la evadas. Y la verdad, no me importa si estas o no viviendo en mi departamento-
-Quieres una respuesta… bien, por motivos personales me fui de casa hace varios meses. Solo eso puedo decir- le di la espalda decidida a marcharme –Si eso es todo…- me interrumpió
-¿Acaso he dicho que he terminado de hablar?- ahg… no lo soporto
-Que es lo que quieres, pero es lo último que escucho.-
-Tu…- en ese momento pude ver algo de calidez en sus fríos ojos –Tu dijiste que te llamas Sakura Haruno… dime como se llaman tus padres- toco mi punto débil
-Yo… Sí, me llamo Sakura Haruno. Pero por esas cosas de la vida, no tengo padres, nunca los he conocido, soy adoptada y vivo con mis tíos. No es que sean mis tíos de sangre, pero ellos quisieron que les llamara así- no sé porque, antes ya había hablado de esto con toda normalidad, pero ahora podía sentir que la tristeza, la soledad y la melancolía querían salir en forma de lagrimas. Aguante un poco –Si eso es todo lo que querías saber- Sakura aguanta –entonces me voy- dije en un ahogo, mostrándole una sonrisa. Salí corriendo del lugar, dejándolo atrás.
Solo me preguntaba, porque, porque ahora. Maldito Uchiha, porque tenía que preguntar. Al fin sola, caí de rodillas, y llore por un largo rato, como siempre lo he hecho, en silencio y sola, golpeaba el pasto, el árbol. Estaba molesta, adolorida, porque tuvo que salir a flote la tristeza que he guardado durante tanto tiempo. Ahora me di cuenta, mis tíos siempre me trataron como su hija, pero como en algún momento de mis labios les dije “papá” o “mamá”, vi su incomodidad al principio, pero luego la borraban con una sonrisa, con un abrazo o una caricia. Pasó un buen rato, y ya me estaba tranquilizando, un poco, y escucho el ruido de agua, algo así como el ruido que hacen los ríos. Voy en dirección al sonido, después de caminar un buen rato, me encuentro con un precioso rio, desembocando en una especie de lago. Simplemente hermoso.
Me acerco a la orilla del lago, para poder ver mi reflejo, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, me moje la cara, para refrescarme. No me gusta llorar, siento que muestro toda mi debilidad, y eso no me gusta. Me quede mucho rato ahí, viendo como nadaban los peces, no les molestaba mi presencia, yo simplemente estaba ahí, recostada a la orilla, sin ninguna preocupación, con una mano dentro del agua, y la otra en mi rostro. Entonces algo rompe esa paz, la alarma. Ya era hora de volver, ¿recordaba el camino de vuelta?, creo. Solo seguí en línea recta, hasta que logre escuchar unos gritos, eran de Naruto, seguí los gritos y me llevaron directo a los chicos. Ahí estaba Naruto incitando a pelear al Uchiha, mientras Kakashi-sensei lo afirmaba para no golpearlo. El peli plata se dio cuenta de mi presencia y me hablo
-Sakurita, ¿no querrías ayudarme?- dijo con dificultad ya que Naruto estaba totalmente descontrolado, mire hacia el otro lado, y ahí estaba el idiota mirándome, con toda tranquilidad. Entonces Naruto se dio vuelta a mirarme y comenzó a gritar
-¡Sakura-chan! Que te paso, porque tienes los ojos así- al parecer aun se notaba lo rojo en mis ojos.
-Nada, nada. Solo que me quede dormida, y recién vengo despertando- lo primero que se me paso por la mente, bien, parece que funciono
-Oh… está bien- y volvió a hacer de loco. Suspire y salí corriendo y le golpee
-¡Puedes parar!- se quedo callado, Kakashi-sensei y el Uchiha quedaron mirando atónitos (O.O). Naruto me miro sentado en el suelo, sobándose la mejilla en la que le golpee, mirándome como niño pequeño –Ahora cuéntame porque estas así- miro hacia un lado, sin querer responderme. Me agache quedando a su lado, le acaricie la cabeza sonriendo –vamos, dime-
-Lo que pasa… es que, este imbécil- dijo apuntando con odio a Sasuke –me dijo que nunca podría ser mejor cantante que yo, e insulto a mi mama- ¡INSULTO A KUSHINA! Esta no se la perdono. Me levante, apreté mi puño. Naruto se dio cuenta de mis pensamientos asesinos con solo ver mi rostro, lo iba a matar. Me voltee, mirándolo fríamente a los ojos, Kushina ha sido una madre, una amiga mas para mi, y ese maldito viene y dice lo que se le da la gana, esto no se queda así. Me fui acercando de apoco al idiota, entonces Naruto grito
-Kakashi-sensei, ¡sujétala! Lo va a matar- me detengo a tres pasos de ese imbécil de pelo negro, miro a mi izquierda, y estaba Kakashi mirándome con duda, al parecer no me creía capaz, solo sonreí diabólicamente, en ese momento no era dueña de mi cuerpo, si no que mi yo interna había salido. Era como si me viera desde fuera, podía ver todo lo que hacía, todos mis movimientos, estaba poseída por esa personalidad mía oculta por mucho tiempo. Comencé a avanzar nuevamente
-Mmm… dices tú, que eres irresistible a todas las chicas ¿eh?- me senté en su pierna derecha. Sentí como trago saliva y asintió con la cabeza
-Por supuesto-
-Muy bien, pero eso es lo que tú crees- se acerco… digo me acerque a su oído y susurre… ¿sexy? –A esta chica no lo cree- vi como Naruto se levanto y corrió hacia donde estaba y evito que de un golpe dejara a Sasuke inconsciente, este aun no reaccionaba. Naruto estaba sobre mi estomago afirmando mis manos, esa personalidad estaba loca por Naruto. –Naruto… tanto tiempo que no nos veíamos- sonrió –suéltame para que termine los deseos de Sakurita-
-No te lo permitiré- Naruto se sonrojo –Devuelve a Sakura-chan, por favor, si hago eso, estoy segura que se incomodara mucho- lo mire con cara picarona.
-Vamos, hazlo. Yo no tengo ningún problema- sonreí de lado
-No tengo nada que escuchar que provenga de ti- trate de soltar su mano de la mía, pero el tenia más fuerza.
-Claro que sí. Primero que nada, porque vives en mi departamento, si tienes familia- mire en otra dirección, esquivando su mirada
-S-si te causa problemas que viva ahí, hoy mismo me voy- me solté de su agarre
-Quiero una respuesta, no la evadas. Y la verdad, no me importa si estas o no viviendo en mi departamento-
-Quieres una respuesta… bien, por motivos personales me fui de casa hace varios meses. Solo eso puedo decir- le di la espalda decidida a marcharme –Si eso es todo…- me interrumpió
-¿Acaso he dicho que he terminado de hablar?- ahg… no lo soporto
-Que es lo que quieres, pero es lo último que escucho.-
-Tu…- en ese momento pude ver algo de calidez en sus fríos ojos –Tu dijiste que te llamas Sakura Haruno… dime como se llaman tus padres- toco mi punto débil
-Yo… Sí, me llamo Sakura Haruno. Pero por esas cosas de la vida, no tengo padres, nunca los he conocido, soy adoptada y vivo con mis tíos. No es que sean mis tíos de sangre, pero ellos quisieron que les llamara así- no sé porque, antes ya había hablado de esto con toda normalidad, pero ahora podía sentir que la tristeza, la soledad y la melancolía querían salir en forma de lagrimas. Aguante un poco –Si eso es todo lo que querías saber- Sakura aguanta –entonces me voy- dije en un ahogo, mostrándole una sonrisa. Salí corriendo del lugar, dejándolo atrás.
Solo me preguntaba, porque, porque ahora. Maldito Uchiha, porque tenía que preguntar. Al fin sola, caí de rodillas, y llore por un largo rato, como siempre lo he hecho, en silencio y sola, golpeaba el pasto, el árbol. Estaba molesta, adolorida, porque tuvo que salir a flote la tristeza que he guardado durante tanto tiempo. Ahora me di cuenta, mis tíos siempre me trataron como su hija, pero como en algún momento de mis labios les dije “papá” o “mamá”, vi su incomodidad al principio, pero luego la borraban con una sonrisa, con un abrazo o una caricia. Pasó un buen rato, y ya me estaba tranquilizando, un poco, y escucho el ruido de agua, algo así como el ruido que hacen los ríos. Voy en dirección al sonido, después de caminar un buen rato, me encuentro con un precioso rio, desembocando en una especie de lago. Simplemente hermoso.
Me acerco a la orilla del lago, para poder ver mi reflejo, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, me moje la cara, para refrescarme. No me gusta llorar, siento que muestro toda mi debilidad, y eso no me gusta. Me quede mucho rato ahí, viendo como nadaban los peces, no les molestaba mi presencia, yo simplemente estaba ahí, recostada a la orilla, sin ninguna preocupación, con una mano dentro del agua, y la otra en mi rostro. Entonces algo rompe esa paz, la alarma. Ya era hora de volver, ¿recordaba el camino de vuelta?, creo. Solo seguí en línea recta, hasta que logre escuchar unos gritos, eran de Naruto, seguí los gritos y me llevaron directo a los chicos. Ahí estaba Naruto incitando a pelear al Uchiha, mientras Kakashi-sensei lo afirmaba para no golpearlo. El peli plata se dio cuenta de mi presencia y me hablo
-Sakurita, ¿no querrías ayudarme?- dijo con dificultad ya que Naruto estaba totalmente descontrolado, mire hacia el otro lado, y ahí estaba el idiota mirándome, con toda tranquilidad. Entonces Naruto se dio vuelta a mirarme y comenzó a gritar
-¡Sakura-chan! Que te paso, porque tienes los ojos así- al parecer aun se notaba lo rojo en mis ojos.
-Nada, nada. Solo que me quede dormida, y recién vengo despertando- lo primero que se me paso por la mente, bien, parece que funciono
-Oh… está bien- y volvió a hacer de loco. Suspire y salí corriendo y le golpee
-¡Puedes parar!- se quedo callado, Kakashi-sensei y el Uchiha quedaron mirando atónitos (O.O). Naruto me miro sentado en el suelo, sobándose la mejilla en la que le golpee, mirándome como niño pequeño –Ahora cuéntame porque estas así- miro hacia un lado, sin querer responderme. Me agache quedando a su lado, le acaricie la cabeza sonriendo –vamos, dime-
-Lo que pasa… es que, este imbécil- dijo apuntando con odio a Sasuke –me dijo que nunca podría ser mejor cantante que yo, e insulto a mi mama- ¡INSULTO A KUSHINA! Esta no se la perdono. Me levante, apreté mi puño. Naruto se dio cuenta de mis pensamientos asesinos con solo ver mi rostro, lo iba a matar. Me voltee, mirándolo fríamente a los ojos, Kushina ha sido una madre, una amiga mas para mi, y ese maldito viene y dice lo que se le da la gana, esto no se queda así. Me fui acercando de apoco al idiota, entonces Naruto grito
-Kakashi-sensei, ¡sujétala! Lo va a matar- me detengo a tres pasos de ese imbécil de pelo negro, miro a mi izquierda, y estaba Kakashi mirándome con duda, al parecer no me creía capaz, solo sonreí diabólicamente, en ese momento no era dueña de mi cuerpo, si no que mi yo interna había salido. Era como si me viera desde fuera, podía ver todo lo que hacía, todos mis movimientos, estaba poseída por esa personalidad mía oculta por mucho tiempo. Comencé a avanzar nuevamente
-Mmm… dices tú, que eres irresistible a todas las chicas ¿eh?- me senté en su pierna derecha. Sentí como trago saliva y asintió con la cabeza
-Por supuesto-
-Muy bien, pero eso es lo que tú crees- se acerco… digo me acerque a su oído y susurre… ¿sexy? –A esta chica no lo cree- vi como Naruto se levanto y corrió hacia donde estaba y evito que de un golpe dejara a Sasuke inconsciente, este aun no reaccionaba. Naruto estaba sobre mi estomago afirmando mis manos, esa personalidad estaba loca por Naruto. –Naruto… tanto tiempo que no nos veíamos- sonrió –suéltame para que termine los deseos de Sakurita-
-No te lo permitiré- Naruto se sonrojo –Devuelve a Sakura-chan, por favor, si hago eso, estoy segura que se incomodara mucho- lo mire con cara picarona.
-Vamos, hazlo. Yo no tengo ningún problema- sonreí de lado
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