domingo, 18 de marzo de 2012

Capitulo 15: Peleas, problemas

-Un amigo eh- de pronto suena su teléfono –Si- dice molesto –Oh Iruka, contigo quería hablar- no, estamos perdidos, que hare, faltaba un día para el comienzo de las clases y no podía quedarme en la calle justo hoy.

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Capitulo 15:

Narra Iruka:

Llegue a casa después de trabajar todo el día en la oficina, encubriendo al idiota de Jiraiya. Entro rápidamente al baño, y me doy una merecida ducha. Ya al fin salgo renovado, y veo en mi teléfono que hay un mensaje de voz. Lo escucho con mucha dedicación.

-Iruka, ya sabes quién soy. Llego hoy a las nueve, solo llamaba para avisarte, para comenzar las cosas bien de nuevo- rápidamente miro la hora en mi reloj. ¡RAYOS! Son las 21.35 tengo que llamarlo para retrasarlo, ya que no siempre es muy puntual que digamos. Cojo mi celular rápidamente, y lo llamo.

-Sasuke- me contesta si, se que está molesto –Habla Iruka, donde est…- no me deja continuar. Habla como con sarcasmo, debe de estar en frente de la pobre Sakura. Voy saliendo de casa solo con la bata puesta. Sigo con el teléfono hablando con el chico, estoy en camino al departamento, no me queda lejos, solo conduzco a toda velocidad.

-Así que me tenias una sorpresa- no puedo descifrar si está enojado o… no lo sé, solo sé que está muy raro

-No… te lo puedo explicar-

-Entonces no es una sorpresa, bueno, hare lo que me plazca con esta muñequita- escuche como Sakura gritaba a lo lejos cosas, lo que alcance a escuchar fueron palabras sin sentido “Bakka”, “pedazo de” “en tu vida”. Ya llegue al edificio

-Sasuke, si la tocas te puede demandar, y no queremos una mala imagen- subo rápidamente al elevador, la gente solamente me mira por mis fachas.

-No me interesa-

-Aléjate fenómeno- escucho que grita Sakura, ya estoy en la puerta y la abro con fuerza. Lo que veo es a Sasuke tomándola de la muñeca, a Sakura solo vestida con una toalla, y su mano pasmada en la mejilla de Sasuke. No se movió, ella solo corrió detrás de mí. –Iru… Iruka te odio- dijo mientras se refugiaba en mi espalda.

-Lo siento, debí de habértelo dicho- dije sobándome las sienes –debí de habérselo dicho a ambos- dije hablando más alto, para que Sasuke me escuchara, este solo me miro, y luego dirigió una mirada de odio hacia Sakura. –No te comportes como niño… ah- suspire –vamos, deja que Sakura se vaya a cambiar para que hablemos como se debe- dije encaminando a Sakura, que se iba afirmando la toalla, porque con todo lo que le había pasado, el agarre se había salido. Esperamos casi nada, subió y bajo inmediatamente.

-Era mucho mejor como estabas antes… de nuevo eres una nerd- dijo Sasuke rodando los ojos

Narra Sasuke:

Otra vez con la ropa de monja, tapándola entera. Llevaba el mismo polerón gigante de hombre, los jeans sueltos y el cabello tomado en una cola. Admito que cuando estaba solo con la toalla pensé que era mi novia, que se había teñido el pelo, aunque la rosadita se veía mejor.

-Cállate o ahora si te vuelo la cara- me miro con odio, Iruka solo se levanto para evitar que lo hiciera.

-Cálmate Sakurita, ahora… vamos a hablar como se debe- dijo Iruka interviniendo

-Yo lo único que quiero saber, es porque no me dijiste que era ella la que iba a estar en mi casa- recordé porque estaba molesto, las piernas de esta chica me hicieron olvidarme de todo.

-Porque si lo hubiera hecho, no me lo habrías permitido- un punto a favor, tenía razón.

-No se molesten… tú- dijo apuntándome, se levanto y prosiguió –no te preocupes, que no he hecho nada malo en tu casa. Te darás cuenta de que todo está tal igual como cuando te fuiste. Y con respecto a mí, me iré sin decir nada. Fue mi culpa y no quiero que otro pague por mi- miro con furia a Iruka, y se fue al cuarto de huéspedes. Cuando salió, llevaba con ella unos bolsos. Iruka se levanto y comenzó a hablarle en voz baja, cosa que obviamente no escuchaba nada de lo que decían.

Narra Sakura:

No lo soporte, fui a la habitación donde estuve durmiendo todo este tiempo, y tome mis cosas que ya estaban dentro de los bolsos. Cuando ya estaba por marcharme Iruka se me acerco y me dijo

-Sakura, por favor no te vayas, puedo conseguir que te deje estar aquí cuanto tiempo quieras- no quería escuchar nada

-Iruka, déjame irme, no quería pasar por esto, si solo me hubieras dicho que esta era la casa de ese tipejo, nunca habría aceptado, y no habríamos pasado por estos amargos momentos- sentía un peso sobre mi

-Pero donde iras- comenzó a subir la voz –pasado mañana comenzaras las clases, y no tienes donde ir… ¿Qué vas a hacer?- al parecer el idiota escucho esto último se acerco, empujo a un lado a Iruka y me tomo de la mano, haciéndome botar el bolso que llevaba en la mano.

-Te dejare que te quedes por un tiempo, pero te mato si tomas alguna de mis cosas- dijo amenazándome. Solo acepte por necesidad… ya iba a comenzar las clases, solo hasta que encontrara un mejor lugar… y barato, para vivir.

-Y tú, ¿te irás a mi casa entonces?- le pregunto Iruka, el solo lo miro con una sonrisa de lado y respondió

-¿Tú crees que me iría a la casa de un hombre, teniendo casas de mujeres disponibles para mí?- su sonrisa daba miedo, pero no a mí, ese tipo no me intimidaba.

-Bueno, entonces dejemos a Sakura, mañana tiene que trabajar- dijo Iruka sacando al pelinegro del departamento. Sola… paz, tranquilidad, todo muy tranquilo en la casa. Me metí a la cama y dormí profundamente. Uno de mis miedos es la oscuridad. Por esa razón estoy en la habitación mas iluminada de la casa, no entiendo el porqué de mi miedo, es más una fobia. En la oscuridad me vienen imágenes a la mente, imágenes dolorosas, la soledad, la desesperanza, no puedo estar por siempre así, nadie sabe sobre esto… solo yo.
Al día siguiente me toco trabajar turno completo, Naruto tuvo la tarde libre, nos quedamos con Lee trabajando todo el día. Por alguna razón había muchas chicas que gritaban cosas que no entendía… con Lee nos encargamos de ellas, pero no podíamos solos, entonces salieron los encargados de la limpieza de la empresa a ayudarnos. Horrible fue el día. Termine completamente sudada, Lee solo sonreía

-Hoy hicimos un buen trabajo físico, ¡uf! Hay que aprovechar que somos jóvenes para hacer estas actividades- estuvo todo el día diciendo cosas por el estilo, aun así no me aburre escucharlo decir todas estas cosas.
Al fin en el departamento, ya no me sentía tan cómoda, ahora que de quien es el depa. Entre, y con lo primero que me encuentro es con el idiota.

-A estas horas llegando la señorita- me dijo arrogantemente mientras el leía el periódico con las piernas cruzadas.

-No te interesa- le dije mientras avanzaba al baño. Quería preguntarle que hacia aquí, pero era obvio, es su casa y si quiere ahorita mismo me hecha a patadas

-Bueno, si vas a estar en mi casa, tendré que saber a qué horas llegas- me hubiera gustado decirle muchas cosas, pero me aguante todo lo que mi boca estaba a punto de soltar, me trague mi orgullo y le contesté

-Una señorita no debería de estar con un hombre en una casa solos- fue lo primero que se me ocurrió.

-¿Señorita?, ¿señorita fue acaso la que me golpeo? Te aseguro que no eres una señorita- dijo burlándose

-Y tú no eres un hombre, no te alcanza para caballero-

-Niña, tú no sabes de lo que hablas, soy TODO un hombre- dijo con su sonrisita arrogante –y el hombre más sexy que existe, no por nada las mujeres me siguen a donde voy- soltó el periódico y se levanto del sillón y se paro en el ventanal –he complacido a las mujeres más hermosas, y las he hecho llorar ¿Por qué?, porque nunca podrán tenerme, porque no pueden complacerme. YO soy un verdadero hombre… ¿caballero? Los caballeros no existen, que hayan muchos que se hacen pasar por ellos es otra cosa- no podía creerlo, es peor de lo que pensaba, no sé cómo en ese cuerpo podía caer tanto ego

-Bueno “don ego” ya que no es caballero, no tengo por qué seguir con mis modales- inspire profundo cerrando los ojos, cuento hasta diez, y vuelvo a abrir los ojos –ESO que tu llamas ser un hombre para mí no significa nada, los verdaderos hombres no son como tú, los verdaderos hombres son caballeros, y si tú dices que no existen, te equivocas. Yo conozco muchos caballeros, hombres de verdad- vinieron a mi mente sus nombres, Naruto, Lee, Ichiraku, Zabuza, y por último, el más caballero que conocía Itachi. –ese podrá ser tu termino de hombre, pero el verdadero significado, incluye ser caballero. Con su permiso, me retiro- dije yéndome furiosa al baño, lo deje sin palabras. Unos minutos después sentí como se iba golpeando la puerta. “VICTORIA”, me decía haciendo la pose de Lee. Me volví a sumergir al agua, pensando que mañana por fin iría a la Universidad.

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